Banes S. Lal
Porque fuiste fortaleza al pobre,
fortaleza al menesteroso en su aflicción,
amparo contra el turbión,
sombra contra el calor:
porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra frontispicio.
- Isaías 25:4
Dios es fiel, y no permitirá que seas tentado más allá de tu capacidad, sino que te proporcionará una salida, un refugio contra la tormenta, para que puedas soportarla.
Debemos experimentar las tormentas en la vida y sentir su intensidad y su golpe escalofriante, ya que solo a través de tales experiencias podemos conocer el consuelo, el testimonio de Aquel que es nuestro "Refugio de la Tormenta".
El Señor protege a los que ponen su confianza en él. El Señor siempre ha sido y seguirá siendo el refugio de los creyentes angustiados. Les enseña a huir al refugio que les ha proporcionado.
¿Estamos buscando refugio en Él hoy?
Cuando escucho la palabra refugio, inmediatamente pienso en seguridad. Sin embargo, es mucho más que eso. Dios como nuestro Refugio es muy beneficioso en una variedad de formas.
Veamos cómo se define Refugio:
Refugio o seguridad contra el peligro, las dificultades, la protección, etc.
Cualquier cosa a la que uno pueda acudir en busca de ayuda, alivio o escape.
Tenemos un lugar de refugio
Cualquiera que toma la decisión de seguir a Jesús recibe el Refugio de Dios. Esto se llama salvación. Somos salvados de las tinieblas y llevados a la seguridad del reino de la luz a través del Refugio de la salvación.
El Salmo 103:4 describe cómo Dios protege a las personas, "Quien redime tu vida de la destrucción, quien te corona con misericordia y tiernas misericordias".
Jesús nos defiende contra el argumento del diablo de que merecemos arder en el infierno. El Señor nos advirtió que enfrentaríamos dificultades en este mundo pero que él había vencido al mundo.
Tenemos la capacidad de buscar y encontrar refugio
Podemos acercarnos a Dios en oración y refugiarnos en su palabra. Encontramos Refugio en la oración cuando comulgamos con quien nos ama. A medida que el buen pastor habla a nuestro corazón, podemos encontrar orientación que nos aleje del peligro. A través de sus promesas, el santuario que encontramos en su palabra es todo lo que necesitamos para nuestra vida. La paz de Dios puede mantenernos a salvo de la preocupación y la ansiedad. "y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". (Filipenses 4:7).
En medio de la dificultad, encontramos Refugio en la esperanza, y estamos protegidos contra pensamientos y conductas peligrosas cuando perseguimos la obra transformadora de Dios en nosotros.
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". (Romanos 8:28).
¿No hemos caminado a través de la tormenta lo suficiente? ¿Queremos que nuestro dolor sea nuestra única historia?
Cuando nos volvemos a Dios en busca de ayuda, él es nuestro Refugio.
¡Cristo es el agua viva para el alma sedienta!
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